1.3.07

XXIX) Laberinto de Decisión con Salida (o los Tres Secretos del Unicornio)



PRELUDIO

Lianas. Enredaderas. Frondas húmedas. Gotas de condensación. Calor sofocante.

Un trote.

Silbidos fractales de pájaros ignotos. Goteo perdido y cálido.

El trote, más fuerte. Menos seco también: el humus, y hojas carnosas y grandes de alfombra.

La foresta se ilumina. No de golpe. No suavemente. Sí como un crecimiento caótico de la luz que no hace daño pero acaba por llenarlo todo.

Ha llegado el Unicornio. Frente a ti queda quieto y hermoso. Parece sonreír, pero como no deja de hacerlo infieres que es una constante de su rostro. Te fijas mejor. El cuerno dorado es el que produce la luz en bucles de destellos, como si una corte de hadas adornara el aire alrededor de una torre cónica.

El Unicornio espera algo. ¿Qué haces?

* Si lloras de alegría embargado por su presencia, pulsa aquí.

* Si no lloras pero te entra una profunda pena por la debilidad implícita en que un ser así exista como ser, es decir, como algo que ha de morir, pulsa aquí.

* Si le haces una pregunta irrelevante, ya que ni un pensamiento transcendente es capaz de formarse bajo esa luz, pulsa aquí.




1

Es posible que estés llorando, pero la piel del Unicornio no condensa la humedad de esta selva. ¿Es por eso por lo que lloras, para compensar su aridez? ¿O es por algo terrible que has estado a punto de hacer? ¿O es por algo importante que has descubierto?

Tus pensamientos se distorsionan alejándote del punto fijo de tu función de existencia. Por tanto te pones nervioso. Debes hacer algo. Y pronto. ¿Qué haces?

* Si te dejas llevar por el silencio porque comprendes que no hay nada más poderoso que él, ni siquiera el Unicornio, pulsa aquí.

* Si te acercas a acariciar esa piel seca y ver qué sucede con el sudor que perla las palmas de tus manos (si se transfiere o no), pulsa aquí.

* Si reúnes tanta fuerza de voluntad como se requiere para enhebrar palabras, pulsa aquí.



2

De repente sientes una oscuridad dentro que va creciendo como agujero que absorbiera todas tus dimensiones siguiendo curvaturas óptimas. Sientes, al mismo tiempo, una necesidad irrefrenable de refrenar eso, ya que comprendes que el más delicado cilio de negrura que alcanzara la piel del Unicornio (quizás deslizándose desde tu nariz o la pupila de tus ojos o una oreja) lo mataría inmediatamente.

¿Cómo ha podido crecer algo así dentro de ti?

Se contorsiona tu cuerpo tratando de contener lo incontenible. Crece y crece, y mientras más fuerte te golpea la pregunta (¿cómo ha podido crecer algo así dentro de ti?) más difícil es pensar que alguna vez vaya a dejar de crecer, y más grande es la lástima por la suerte del Unicornio.

* Si empleas todas tus fuerzas en seguir conteniendo la oscuridad, pulsa aquí.

* Si calculas que en unos segundos todo habrá acabado, hagas lo que hagas, pulsa aquí.

* Si sientes que tus fuerzas son insuficientes para impedir que lo que sea que te invade se transforme en palabras, pulsa aquí.



3

-Quiero vivir eternamente -le preguntas sin signos de interrogación. Tus palabras salen despedidas rodeadas de pequeñas nubes negras, como un cañón que funcionara mal. Cada una se estampa en un lugar del cuerpo del Unicornio: Quiero se graba en el pecho, vivir va al lomo, eternamente se enlaza en la cerviz.

-Esa pregunta es irrelevante -contesta el Unicornio sin perder su sonrisa-; en particular está mal formulada y carece de sentido para los que vivís más allá de las Puertas.

Sigues escupiendo nubecitas negras con tu aliento. Las palabras que expulsaste se desdibujan en la piel blanquísima.

Comprendes que el Unicornio sólo hablará para contestarte. Lo que no sabes es si has agotado todas las preguntas que puedes hacerle antes de que se vaya.

Por ahora sigue ahí. ¿Qué haces?

* Si vuelves a reunir fuerzas para hacerle una pregunta, de la que no sabes aún si será mejor que la anterior o no, pulsa aquí.

* Si decides que hacerle más preguntas sólo te mantendrá atrapado, pulsa aquí.

* Si te miras a los pies, no sabes si por timidez, para concentrarte mejor, o por observar detalladamente la caída de una gota de sudor que se balanceaba en la punta de tu nariz, pulsa aquí.



4

Has comprendido uno de los secretos del Unicornio: que no está aquí para soportar el silencio. Está ligado a las palabras, las explicaciones y los razonamientos.

* Si ya tienes el colgante, pulsa aquí.
* Si no, pulsa aquí.



5

Te encuentras, para tu sorpresa, que tienes los pies bien clavados en el suelo, en esa alfombra de hojas carnosas y grandes (y seguramente dulces), de tal forma que es imposible que tus músculos sóleo, poplíteo, semimembranoso, semitendinoso y bíceps (izquierdos y derechos) puedan despegarte de allí. Comprendes que el Unicornio ha venido sólo para responder a tus preguntas, no para ser acariciado ni montado, aunque no sabes cuántas podrás formular antes de que se vaya, y, lo que es más importante, si darás con la óptima antes de que eso suceda.

Ahora debes ir aquí.



6

Empujas, empujas, empujas.

Cada vez que empujas, la oscuridad crece un poco.

Cada vez que empujas más, la oscuridad crece un poco más, y con ella la necesidad de matar al Unicornio.

Sudas tanto que temes deshidratarte de un momento a otro.

Ahora sólo tienes un curso de acción, pues la crueldad (sobre todo sin causa que la sustente) reduce siempre las opciones a largo plazo.

Decides acercarte al Unicornio con la intención de ponerle la mano encima. Pulsa aquí.



7

No puedes quedar inerte, aún cuando tus esfuerzos sean inanes.

Pero al haber comprendido que no puedes hacer nada para contener a la oscuridad, de repente, ésta se disuelve.

Has quedado libre.

Ahora, frente a ti, el Unicornio espera. ¿Qué haces?

* Sólo si aún no has llorado, te encuentras con que no puedes contener las lágrimas después de sentir tan hondo la oscuridad que te ha poseído, así que puedes pulsar aquí.

* Si a este respiro le sucede de repente la laxitud y ésta te debilita y consigue que lo que te creció dentro se remueva dispuesto a intentarlo de nuevo, pulsa aquí.

* Si decides irte tras quedar agotado, pulsa aquí.



8

Bien. Ahora intentas reordenar tus pensamientos, les obligas a hacer algo bueno por ti por una vez.

* Si aún no tienes nada colgando del cuello, puedes pulsar aquí.

* O si aún no sabes qué preguntarle al Unicornio en este instante de calor, humedad, y hartazgo, pulsa aquí.



9

Una opción sería quedarte en silencio, desde luego, aunque el Unicornio parece estar dispuesto a esperar tu inquisición eternamente.

Le miras a los ojos (sorprendentemente negros). No parpadea; sus pestañas rubias retuercen la luz del cuerno en mil frecuencias exóticas.

Entonces se te ocurre algo. Tienes una ligera sensación de deja vù, como si ya hubieras pensado en ello antes. Quizás es que estar callado te pone nervioso. Le preguntas:

-¿Por qué sonríes siempre?

Para saber la respuesta del Unicornio, pulsa aquí.



10

Le preguntas entonces al Unicornio: ¿Quién te creó?

-Oh -contesta él, agitando la cabeza y resoplando como si algo le hubiera desconcertado-. Oh.

Es una respuesta, aunque no terminas de encontrarle sentido.

-Alguien cercano -precisa el Unicornio.

Entonces te das cuenta de que el Unicornio es una invención tuya. Y de que ése es uno de los secretos del Unicornio.

En tu cuello notas de repente el peso de un collar de oro que contiene un rubí precioso. La piedra palpita, y ya sabes al ritmo de qué corazón, puesto que está atada al tuyo.

* Si no has llorado aún, las lágrimas de emoción por poseer el collar te invaden. Pulsa aquí.

* En otro caso, te encuentras que debes tomar la siguiente decisión. Pulsa aquí.



11

El Unicornio sonríe un poco más. Luego te dice (y lo sientes como si ya lo hubieras escuchado antes):

-Porque he de hacerlo.

-¿Por qué has de hacerlo? -Parece que las dudas se te han disipado de repente. Y el miedo a que se agoten las preguntas.

-Porque lo necesitas.

* Si en este momento no tienes aún nada colgando del cuello, debes indefectiblemente pulsar aquí.

* Si en este momento aún no has llorado, de repente crees atisbar un destello de lo que está a punto de revelarte el Unicornio, y sin obedecerte, una lágrima se desliza por tu mejilla. Ahora debes, antes de seguir, pulsar necesariamente aquí.

* En cualquier otro caso, pulsa aquí.




12

Se te ocurre una última pregunta, ahora que sabes que el Unicornio es creación tuya y ves que no por eso deja de sonreír:

-¿Por qué necesito que sonrías?

-Porque estás triste, porque una pena te consume, porque la raíz de la pena es el desconocimiento -contesta el Unicornio.

De repente comprendes el verdadero motivo de que llegaras aquí: por causa del dolor. Para huir de él. El Unicornio te ha dado su último secreto.

El problema es que te enredaste en pensamientos recurrentes en lugar de buscar las respuestas que tú mismo, en el fondo, albergas. Todo el tiempo que has pasado buscando los tres secretos del Unicornio podrías haber estado buscándote a ti mismo.

Has comprendido, en cualquier caso, que cuando una pena te consuma, y cuando la raíz de esa pena sea el desconocimiento, siempre podrás venir a la selva donde se oculta el Unicornio, porque para ti no se ocultará. Y le podrás hacer todas las preguntas que desees, incluso quedarte ahí para siempre revuelto en tu dolor, pues él es una creación tuya (el collar palpita más fuerte cada vez que piensas en eso) y siempre te responderá y podrás comprender lo que te diga. Por otra parte, como tus lágrimas ya te han enseñado, el Unicornio no te permitirá llorar y tener pena de él porque eso lo destruirá, y como no quieres que eso pase porque lo necesitarás otras veces a tu lado, te obligarás a dejar de tener pena, sobre todo de ti mismo.

Eso te puede ayudar a escapar realmente de esta selva y de tu dolor.

Ahora que has comprendido todos los secretos del Unicornio y para qué te pueden servir, puedes volver por donde viniste y atravesar de nuevo la Puerta que te trajo.

Regresa a casa.

Regresa en paz.

8 comentarios:

Felideus dijo...

Me ha encantado :D
Una manera genial de afrontar la literatura interactiva. Me ha gustado mucho, es como un cruce entre un relato poético y una de aquellas aventuras conversacionales de los tiempos del spectrum. De nuevo: Chapeau!

Jafma dijo...

Gracias :-) Es una recreación de aquellos libros de "Vive tu propia aventura" que sacaron cuando yo era mu joven mu joven :-) La verdad es que lo único que me ha impedido ponerme a hacer un sistema web para diseñar este tipo de cosas es la falta de tiempo, porque se me ha ocurrido de todo... Qué mala es la primavera que me pone como una moto :-)

escritor1 dijo...

Comentario a La Cosa:
Si quieres uno positivo, pulsa aquí.
Si quieres uno tibio, pulsa aquí.
Si quieres uno negativo.... No Hay, hombre!!!

¡¡Me lo he pasado pipa!!
:-D

Jafma dijo...

¡Malegro! :-) (un poco más y pulso ahí donde dices en tu comentario :-) )

Anónimo dijo...

A pesar del TROTE de cabeza y las pulsaciones que me ha dado el unicornio, he de decirte que me ha gustado mucho, es muy original.
"Vivimos nuestra propia aventura"

Jafma dijo...

Me alegro :-)

Pily B. dijo...

¡¡ALUCINANTE!! Me ha encantado, y más después de tanto tiempo sin visitarte. :-(

Jo, qué original, qué entretenido, ¡TE SALEEEEEEEEEEEES!

Buenísimo.

¡GRACIAS por el buen rato!

Jafma dijo...

Nah,nah; gracias a ti por leerlo, y me alegro mucho de que lo hayas disfrutado :-)