VII) De una indigestión
-Entonces, estoy, sin ninguna duda, hablando contigo.
-Ni vos ni yo podríamos negarlo.
-Pero eres un gato.
-Mmm... Casi perspicaz si no fuera tan evidente.
-Y dime... ¿cómo ha sido que hemos empezado esta conversación?
-A ver, rememoremos: os quedasteis solo, medio dormido en la hamaca, hubo un bostezo, me subí en vuestro regazo a afilarme las uñas, me mirasteis distraído y empezasteis a hablar como quien no quiere la cosa. No puedo decir que haya sido muy educado por vuestra parte, la verdad.
-Porque no esperaba respuesta. Cualquiera sabe las tonterías que dije.
-Si me lo permitís, me abstendré de opinar sobre eso.
-Mmm. ¿Y a qué se debe esta alucinación? ¿He comido flor de hadas sin saberlo o estoy soñando?
-Oh, no creo probable la indigestión por flor de hadas: no veo a vuestra esposa envenenándoos para quedarse con las deudas. Más bien se trata de la Puerta que abristeis en la duermevela. Pero si deseáis que recurramos a la reducción al absurdo, estoy dispuesto a arañaros el muslo.
-Espera un momento... debo recoger mi cuaderno de campo.
-Estad tranquilo.
-Ya está. Ahora, dime.
-¿El qué?
-Pues la verdad... no sé qué. Supongo que un gato que arranca a hablar tiene muchas cosas interesantes que contar.
-¡Desde luego que no es la primera vez que hablo! ¿Cómo podría dominar el sarcasmo si estuviera aprendiendo a juntar palabras?
-¿Qué sarcasmo?
-Dejémoslo. Contadme mejor sobre vos: ¿qué anotáis en ese cuaderno?
-Efectos imaginarios en la realidad...
-Pues esto no se convertirá en imaginario hasta que os arañe.
-... bordes de irrealidad, donde la realidad se distorsiona o se convierte en otra cosa. Y si esto no es un sueño... acabo de encontrar uno de esos bordes.
-Rmrmrmrmrmrm... Me está embargando un ligero sopor. Oídme, ¿os apetece saltar hasta el muro? Resultaría enriquecedor para un ego agotado como el vuestro escuchar al perro de al lado discutiendo con sus garrapatas.
-Oh... creo que no. Me temo que esos ladrillos viejos no me sostendrán, y mi vecino tiene muy malas pulgas. Mmmm. Así que no eres el único animal que habla...
-Animal... Dudosa descripción. Sí. Bueno, no. Cuando alguien se amodorra como vos, no. ¿No escucháis ahora al pájaro de ahí arriba, lamentándose por un familiar fallecido?
-Sí, si presto atención...
-Al contrario, debéis no prestar tanta, no os vayáis a hacer daño.
-Es difícil mantener la ilusión.
-Claro que es difícil. ¿A cuántos de vuestros vecinos habéis visto hablando con un gato, mmm?
-Ahora que lo dices, el del perro departe habitualmente con las fregonas o el césped, así que la verdad, no me extrañaría que...
-Eso es otra cosa. Haced el favor.
-No te enfades.
-No me enfado. Es que creo que yo sí me he indigestado un poco y voy a vomitaros encima: haced el favor de apartar la mano.
-¿No puedes contenerte? Oye, ese pájaro de arriba está junto a la jaula del canario de mi esposa.
-Una información muy relevante en el contexto actual, sin duda...
-¿Cómo dices?
-Nada. Si realmente no me vais a ayudar con el vómito, casi mejor que me ausente.
-¡Espera! Tengo que escribir algo sobre esto.
-¿Con ese lápiz sin punta?
-Es verdad. Bueno, tengo por aquí un bolígrafo que...
-Ah, el que está hueco, con el que me soléis disparar granos de arroz.
-¡Maldita sea!
-No os alteréis. De todas formas pensaríais que escribisteis medio dormido y dudaríais, como todos los que lo lean.
-Quizás tengas razón.
-Es un efecto típico de la Puerta de la Duermevela.
-En fin. Entonces que pases una buena tarde.
-¡Gracias! Aunque creo que la indigestión me lo impedirá.
-Pues espero que se te pase.
-Miaooooo. Muy amable. ¿Le presentaríais mis respetos a vuestra esposa? Ah, y mencionadle, si no os importa, la posibilidad de no engordar tanto a los canarios. ¡Adiós!

16 comentarios:
¡Miauuuu!
:-D
Romromromromrommmrmrmr diría yo :-)
Si ya empezamos con dialectos, mal lo tenemos. ¡Ráscame la espalda y calla! :-D
Por cierto, enhorabuena por este desengrasante episodio. ¡Es que dominas todos los registros, Maestro!
Muchas gracias, tocayo. Me temo que no coincido con tu última apreciación, pero da muchos ánimos :-)
Muy bueno, este me ha encantado... no sólo por el gato parlante (que también son mi debilidad, obviamente), este tipo de diálogos a lo humor judío me encantan :)
Me alegro, Felideus :-) La verdad es que los gatos y su insultante inteligencia dan mucho juego :-)
¡Flipante! Me lo he pasado en grande. Más, más, máaaaaaas!!!!!
PD: Y si no fuera tan vergonzosa, ejem... hasta te lo pediría prestado para NGC.
No sabéis cuánto me anima ver que os gustan :-)
Por supuesto, Pily, ahí lo tienes para NGC. Será un honor :-) Si lo necesitas en otro formato me lo dices.
Ooooohhh. Me has ganado: gatos parlantes, humor judío... ¿qué más se puede pedir en una noche de lunes?
Mi enhorabuena: me ha encantado.
¡Aráñame el muslo! :D
Graciaaas, Víctor :-) No te arañaré; con lo que cuesta entrar en irrealidad no te voy a despertar ahora :-)
P.D.: ¿recibiste mi correo?
BIEN, BIEN, BIEEEEEEEEEEEN. Ahora mismo te lo robo, y ya te cuento. ¡Qué guay!
Por cierto, a mí no me arañes que ayer ya se despachó mi gata un rato (¡será mamona! Me ha dejado la mano hecha un Cristo. AGHHHHHH)
No lo hacen con maldad, es que van a lo suyo :-)
Je, je, je. Muy bueno, quiero la continuación ya.
Gracias Arthur :-) Lo de la continuación me lo pensaré... que la irrealidad es difícil de atrapar.
Publicar un comentario